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domingo, 22 de noviembre de 2015

Echo el cierre.

Y estas serán las últimas palabras en esta fantástica aventura, si, como dice el titulo de la entrada ha llegado la hora de echar el cierre a este blog que, para qué engañarnos, lleva al borde del cierre algo más de un año.

Debo daros las gracias a todos por el apoyo desde que inicie esta andadura a finales del verano de 2013, guardo muy buenos recuerdos de esta etapa, pero ha llegado el momento de cerrarla para continuar en las próximas que vendrán.

Espero que vosotras y vosotros hayáis disfrutando leyéndome tanto como yo lo hice leyendo vuestros comentarios de apoyo.

Sin embargo esto no significa que no volvamos a vernos, como ya dije alguna vez ahora estoy escribiendo en Wattpad con el nombre de Soane Kier y estoy trabajando en varias obras en las que estoy poniendo mucho empeño y cariño. Además inicié hace un par de semanas en la cuenta Cuervos un grupo poético que de momento va bastante bien, y si tenéis wattpad y os gustaría participar en él alli encontraréis una obra con toda la información.

Un grandísimo placer haber compartido algunos años de mi vida con vosotros, y sin más, como dice Kutxi Romero al terminar sus conciertos:


"Y esta palabra, este papel, escrito por las mil manos de una sola mano, no queda en mí ni en vosotros, ni tampoco sirve para sueños. Cae a la tierra, y allí se continúa, pero no como mera palabra en papel escrito, sino como una sucesión de sonidos del corazón. Llamadlo música si queréis. Y cuando la música se termina, los bailarines nos miramos como si estuviésemos desnudos, y ahí decidimos si merece la pena seguir tocándonos, o si sólo fuimos meros objetos del infinito equilibrio universal de los planetas. Hasta siempre."




miércoles, 4 de noviembre de 2015

Marysia

En mi cuarto
ayo las pequeñas
partes de mi misma
que en un pasado lejano
fueron perfectas,
y me entregó al dolor irracional,
que con lágrimas amargas
sacuden mi alma.


Tiñéndola de negro
y dejándola escondida
bajo las sabanas.


Oh, bella aurora que con ojos esmeralda disipa mis dudas
y envalentona a las sombras
olvidadas de mi infancia.


Cuán simple puede llegar a ser
tu figura que de mi retina,
incapaz ella, es de abandonar.


Observa, pues la mano
que desgarra mi voz y
violenta mi tez pálida,
Es el fruto del miedo
a amar con el alma,
de entregar el sol
en la palma.


En estas noches
mis ojos rojos observan
la misteriosa aura que
con indiferencia,
creas en una mirada.


Querida niña de dulces palabras,
¿es qué acaso no ves
mis lágrimas de enamorada?